El deterioro más común en las estructuras de hormigón no es a causa de un ataque químico al hormigón en sí, sino al acero que compone la armadura. El hormigón proporciona al acero la alcalinidad suficiente para evitar la corrosión, pero con la presencia del oxígeno además de cloruros en el agua de los poros del hormigón se puede causar la corrosión de la armadura.

La corrosión en estructuras de hormigón armado puede crecer rápidamente y causar daños estructurales severos. Es un proceso inevitable en cualquier estructura de este tipo pero ciertas condiciones pueden acelerar su aparición. La causa principal es una mala calidad del hormigón, pues una porosidad excesiva, ya sea por su composición o por su preparación en obra, facilita en gran medida el proceso de corrosión del acero. Otra causa importante es un insuficiente recubrimiento de la armadura. Además, entornos húmedos también contribuyen a la rápida aparición de la corrosión.

La corrosión es una patología que pone en constante peligro la integridad de la estructura y por lo tanto necesita reparaciones constantes y costosas. Las inspecciones visuales detectan la corrosión cuando aparece en la superficie de la estructura, pero a ese punto el proceso ya es avanzado. Por lo tanto es necesaria una herramienta que permita detectar la corrosión desde el interior de la armadura y así poder tomar decisiones antes de que el proceso avance.

Corrochip es una herramienta capaz de detectar y evaluar los procesos de corrosión en hormigón armado cuando éstos se inician y además realiza un seguimiento en remoto del estado de la estructura a lo largo del tiempo. Este sistema innovador de Witeklab, integrable tanto en estructuras nuevas como preexistentes, emplea sensores embebidos en la estructura que evalúan el estado de la armadura, envían y procesan datos en la nube y proporcionan diversos parámetros de interés, incluyendo una estimación de la velocidad de corrosión muy precisa, todo en tiempo real y listo para ser consultado desde cualquier dispositivo de forma remota, ahorrando desplazamientos e intervenciones in situ innecesarias y permitiendo la anticipación a situaciones de deterioro que comprometan la integridad estructural.